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El Blog de Psicosubjetivo

Por Patricia Truchado Martínez 30 dic, 2020

Se acaba el 2020.

El año en que casi normalizamos los toques de queda. El año en que palabras como “confinamiento”, “asintomáticos” o “vacuna” se han convertido en habituales en nuestras conversaciones cotidianas. 

Se acaba el año en el que, con todo el dolor de nuestro corazón, nos  hemos separado de las personas a las que más queremos, precisamente porque las queremos.

2020 ha sido el año en que todo ha cambiado. Un año en el que la desolación anegó nuestras vidas, llenándolas de pérdida y despedidas imposibles. Una suerte de Noche Oscura del Alma en la que todas las certezas que teníamos se desvanecieron, llevándose consigo el futuro que nos habíamos prometido.

Un año que deseamos que termine ya, mirando con esperanza, pero de reojo, a un 2021 que representa una luz al final del túnel, pues ya hay vacuna. Una vacuna a la que nos aferramos como un náufrago se aferra a su tabla, en un mar embravecido más allá del cual, muy a lo lejos divisamos tierra.

Nunca fuimos tan frágiles.

2020 nos ha mostrado que no es verdad, que no es posible controlarlo todo . Que no somos tan fuertes, que somos vulnerables y dependientes los unos de los otros. Y hemos descubierto, con sorpresa, que habíamos valorado muy poco a aquellos que, jugándose la salud, han demostrado ser imprescindibles y que habíamos sobreestimado aquellas actividades que, aunque lucrativas, son enormemente superfluas.

Por Patricia Truchado Martínez 25 nov, 2017

La depresión es la principal causa de incapacidad en todo el mundo. De ahí, que gran parte del interés de los profesionales de la salud mental esté dirigida a su tratamiento.

Mucho se dice a cerca de esta grave dolencia que disminuye significativamente la calidad y la esperanza de vida de tantas personas a lo largo y ancho del planeta. En este artículo, pretendo señalar algunos aspectos que pueden contribuir a identificarla y comprender de qué se trata.

Por Patricia Truchado Martínez 25 may, 2017
"Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla"
Por Mª Socorro Gómez Fidalgo 23 feb, 2017

La heroína, Anastasia Steele se ve a sí misma como: fea, pálida, delgaducha, timorata, sin interés. Nos cuenta que no ha estado nunca enamorada y la suponemos muy poco experimentada en las relaciones con hombres (es virgen e incluso nunca ha paseado de la mano de un hombre). Con 21 años no ha explorado su sexualidad en absoluto, nos dirá también que no se masturba. Es muy buena estudiante y enseguida deducimos que es inteligente. Es seria, responsable, tenaz, no expresa sus emociones fácilmente, perfil ligeramente obsesivo y pasión por el control. Ella nos dice que es patosa para moverse, efectivamente, se cae continuamente enredándose con sus propios pies y tampoco es hábil en el deporte. No tiene mucha vida social, tiene una amiga compañera de piso y un amigo, sólo amigo (al que ella no corresponde en su interés, porque no corresponde a nadie), que la adora y que está buenísimo. No sale a ligar, nunca le ha atraído ningún hombre, no sale de juerga, no flirtea, ella solo estudia y trabaja para pagarse los estudios.

Nos habla de su familia: padrastro al que considera su padre, solitario y taciturno y madre alocada, que le preocupa por sus negocios fantasiosos, romántica empedernida con varios matrimonios a sus espaldas.

Antiheroína moderna que luego será elevada a supermujer. Cae en el amor/pasión precisamente alguien que no nos imaginábamos previamente que pudiera hacerlo por las señas que da de sí. Prácticamente idéntica a la Bella de la saga Crepúsculo y también idéntica la visión que tienen de sus “amados” e incluso sus figuras parentales, por lo que hay que pensar que responde a algún “mito moderno” y entonces no sería un plagio (aunque la coincidencia de la zona geográfica de EE.UU en la que ambas sagas se desarrollan nos deja sin posibilidad de justificación mítica). Sin embargo, el tema del maltrato (VG) aparece de forma más señalada en el caso de Grey, como analizaremos posteriormente.

Christian Grey es un joven muy guapo, muy millonario y con mucho poder. Nos aparece al principio como un tipo especial, magnético y misterioso. Dirá que le gusta controlar, ya por su posición de superempresario puede controlar a mucha gente… y alardea de ello, incluso en algún momento parece que le llega a angustiar su propio poder. Pero, por lo demás no cuenta mucho de sí mismo y nos intranquiliza rápidamente. No parece espontáneo ni de emociones sencillas. Pensativo, autotorturado (lo cual empezará a activar el arquetipo de mujer salvadora en Anastasia) por no sabemos qué al principio, dice de él mismo que no le conviene a Ana y que, de ser un caballero andante, sería el Caballero Oscuro. Nos vamos enterando qué le ha pasado a este hombre, hijo de una prostituta adicta al crack, con marcas de gran maltrato en el cuerpo, que luego fue adoptado por una familia rica y después seducido a la sumisión por una mujer mayor, amiga de la madre adoptiva, a la edad de 15 años, perfecta como “bruja”. No le agradan las manifestaciones de ternura, ni el amor, él solo “folla duro”, no se deja tocar ni acariciar.

Ella le ve como un ser divino, en primer lugar por guapo, rico y elegante perotambién por enigmático. Con gran experiencia y manejo del mundo, ella se ve insignificante a su lado. Parece atraído por ella pero enseguida le dice “aléjate de mí, no te convengo”. Ella no se cree que ese ser maravilloso pueda fijarse en ella , pero a pesar de eso, se hace ilusiones y siente por él un deseo que no había sentido por ningún hombre antes, tanto que, literalmente, se olvida de respirar cuando le ve y esa sensación a ella le parece maravillosa…

Con alarmante rapidez,   Grey nos aparece como autoritario, posesivo en el amor, celoso e incluso acosado r. Ella lo ve…pero no le importa. Cuando más tarde le propone su “contrato de sumisión”, ella se lo piensa mucho, es capaz de hacer un análisis perfectamente lógico de la perversión que implica pero sigue ahí porque la tiene enganchada sexualmente (inexplicablemente, de virgen ha pasado a ninfómana, sin pasos intermedios, es decir ha sido despertada su sexualidad dormida por el príncipe, como la bella durmiente fue despertada de su sueño con un beso). Dice que nunca haría nada que no quisiera hacer…pero también siente que por él lo haría todo, todo lo que él la pidiese, porque no soporta la idea de separarse de él .

El discurso del placer sin embargo no justifica totalmente el enganche de Ana por Grey. Ella quiere amor. Sabe que él no la ama, sólo la desea para sus perversas prácticas y ella lo quiere TODO de él, ese todo es en realidad que él la ame como ella le ama a él. Se establece así un juego en el que ella se deja someter por él mientras intenta conquistar su amor . El da alguna pista de estar cambiando y no rehúye comportamientos de compromiso social, familia, amigos, y eso a ella le gusta mucho. Al mismo tiempo, vemos cómo reacciona Ana ante el sometimiento. De una sexualidad exuberante y verdaderamente increíble, el placer es la otra cadena que la ata al sometimiento. Dado que esa sexualidad se saldría de los encuadres de los roles de género tradicionales para la mujer, eso nos puede despistar: pero no estamos hablando de sexualidad femenina libre, sino dependiente de un solo hombre con el que pierde toda autonomía personal .

Poco a poco las intenciones de ella evolucionan hasta tener claro que le ama y que quiere que el la llegue a amar. Quiere conocer sus traumas infantiles y, poco a poco, irle cambiando…caramba con esta ratita presumida!!! Para ello, soporta el dolor y el miedo que las prácticas sexuales con él conllevan, con el sufrimiento que le produce la brecha existente entre el placer físico y el maltrato emocional que recibe, que luego es seguido por regalos impactantes y muy románticos. En un momento dado, ella reacciona frente a esas prácticas dolorosas que él le propone y le deja… pero él va a buscarla, mas controlador que nunca, y ella vuelve porque no soportaba estar separada de el.

En ella habitan varias: está su conciencia (que siempre le critica que se deje tratar así) y otra instancia a la que llama “la diosa que hay en mí”, que disfruta sexualmente, se siente fascinada por el atractivo de él y porque sea “suyo” y apuesta por el lujo y el disfrute de una imagen de mujer seductora, capaz y triunfadora…frente a las otras mujeres de Grey, ¡ay! ese narcisismo femenino tan primario y especular.

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