(No te daré pautas) Te doy mi escucha
Muchas personas acuden a terapia esperando que les digamos lo que tienen que hacer. Sin embargo, los psicoterapeutas psicoanalíticos no damos pautas a nuestros pacientes. Descubre el motivo.

Los psicoterapeutas de orientación psicoanalítica no damos pautas ni damos soluciones porque no queremos que nuestro paciente imite una forma de ser o estar en el mundo que puede no tener nada que ver con él, con su historia y con lo que le da sentido a su vida. Respetar la subjetividad es una premisa básica que debemos cumplir a rajatabla porque es el pilar de nuestra profesión: Tener en cuenta lo único y específico de cada ser humano.
En mi consulta, el objetivo que yo persigo es que la persona se piense, esto es, que ponga en palabras lo que siente y, sobre todo, que se escuche, se haga nuevas preguntas y llegue a una honesta y profunda compresión de sí misma.
La máxima "conócete a ti mismo", cobra aquí una importancia fundamental. ¿Por qué? Porque uno puede cambiar aquello que le pasa, si previamente ha llegado a comprender qué es exactamente lo que le pasa . En este sentido, lo que queremos es que el paciente logre ser autónomo, manifieste lo que de él hay único y auténtico, y tome sus propias decisiones. En otras palabras, reconocemos al sujeto que acudió a nuestra consulta como un ser humano adulto, inédito y original.
Dar pautas, o decirle a alguien lo que tiene que hacer impide radicalmente los propósitos que hemos mencionado, por varios motivos.
El Inconsciente no obedece pautas, ni escucha consejos
En primer lugar, los psicoterapeutas psicoanalíticos trabajamos con la hipótesis de que existe una fuerza desconocida y colosal que no obedece a las leyes de la lógica o del sentido común; esta fuerza es lo que llamamos Inconsciente. Dar consejos, por muy útiles y sabios que estos sean, es algo que suele caer en saco roto. Para muestra un botón: cuando has dado un consejo a un amigo o amiga, ¿te ha hecho caso? ¿o más bien te ha comenzado a poner excusas para justificar por qué no va a seguirlo? Bien, pues esas excusas sirven para mantener el mismo estado de cosas (por muy perjudicial que este sea), al tiempo que extienden una cortina de humo para ocultar a los demás y, sobre todo a sí mismo, los verdaderos motivos por los que uno no puede seguir esos consejos. Y es que, por muy perjudicial que sea una situación, si se mantiene es porque, efectivamente, hay una razón de peso detrás , aunque no sepamos de primeras, cuál es. ¿Cuántas veces no te has asombrado al ver que esa amiga tan válida y capaz permanece en esa relación tan tóxica, o sigues sin comprender por qué tu hermano sigue fumando como un carretero, o bebiendo como un cosaco? ¿Por qué sigues teniendo miedo a viajar en avión, aún sabiendo que es el medio de transporte más seguro del mundo?, ¿por qué fracasan todos tus intentos de hacer una pareja? ¿Es que acaso somos tontos?
No. No somos tontos. Lo que sucede es que, aunque desde hace siglos venimos considerando que el ser humano es un ser racional, lo que de verdad mueve nuestras acciones es una fuerza inconsciente , tanto más poderosa, por cuanto que es desconocida y está fuera de nuestro control.
El terapeuta no guía, el terapeuta acompaña
Por otro lado, las pautas son percibidas por el paciente como mandatos que vienen de un agente externo y ajeno, el cual -además- ha sido colocado, por él mismo, en una posición de supuesto saber. Es decir, que el paciente puede caer en una dinámica infantil de "hacer lo que le aconsejan" porque se lo ha dicho alguien que sabe -mejor que él mismo- lo que le conviene. Desde la perspectiva psicoanalítica, consideramos que es el paciente quien ha de llegar a conocerse a sí mismo y, con ello, conocer lo que es mejor para él. Nuestro cometido será acompañarlo en ese proceso de descubrimiento.
La "escucha analítica"
Retomando lo que decíamos al inicio de este artículo, no son pautas lo que encontrarás si decides iniciar una terapia psicoanalítica. Lo que encontrarás es algo muy distinto: la escucha analítica.
Escuchar analíticamente implica estar atentos, no sólo al discurso consciente de la persona, sino también al discurso inconsciente que emerge sin que uno se dé cuenta, esto es, aquello que dice sin saber que lo está diciendo y a lo cual, en un principio, no le da importancia alguna. ¿Para qué? Para devolvérselo como un espejo y facilitar que tome así conciencia del sentido de sus palabras y de su mundo interior (sus deseos y sus temores, sus odios y sus amores, sus contradicciones, sus angustias y sus ambiciones). La escucha analítica es una escucha que trasciende lo aparente y trata de llegar al origen de los conflictos internos que dieron lugar al malestar que hoy tiene la persona, con el fin de que ésta pueda pensarlos -en vez de actuarlos en forma de síntoma-, y así, llegue comprender mejor quién es, ponga nombre a su deseo y consiga, en último término, canalizar su acción para mejorar sus condiciones de vida.
Patricia Truchado
Psicóloga - Psicoterapeuta
Coach
620 420 928
El Blog de Psicosubjetivo






